miércoles, 15 de agosto de 2012

Los cristales alrededor, la tibia sangre, el miedo en sus caras y las lagrimas en los ojos de cada uno, representaban todo lo perdido en ellos, fueron mentalmente poniéndose en posición fetal, como alguien en estado vegetativo después de un tiempo largo dentro.
No había esperanzas, no había felicidad y se sentían miserables, a punto de colapsar en una histeria colectiva y matarse los unos a los otros, o simplemente, dejarse estar, pasar el tiempo y morir de forma lenta y llena de dolor al llegar a sus casas.

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